No te olvides de la coronilla de la Misericordia a las 3 de la tarde. Jesús le reveló esta oración a Santa María Faustina Kowalska, la santa polaca de principios del siglo XX que fue canonizada por su compatriota, el papa San Juan Pablo II. Jesús le dijo a Santa Faustina que cualquier cosa que fuera pedida a las 3 de la tarde, si es conforme al orden divino y por el bien de quien lo pide, sería concedida.

Según las Escrituras, Jesús expiró en la cruz a la hora nona. En Roma las horas de luz, desde el orto hasta el ocaso, eran divididas en 12 partes iguales. La hora nona (novena hora), en la estación del año y región donde Cristo fue crucificado, corresponde aproximadamente a las 3 de la tarde. Esa hora tiene una enorme carga simbólica, ya que la muerte de Jesús, el momento exacto en el que entrega su alma al Padre por el perdón de nuestros pecados, representa el culmen de la Misericordia. Derramar la sangre y entregar la vida para borrar los pecados de los demás es el mayor acto de misericordia que se puede imaginar, así que Jesús mismo, a través de Santa Faustina, nos dejó este breve rosario que podemos rezar a las 3 de la tarde para honrar su Sacrificio y pedir su Perdón y su Gracia. Rézalo en latín, como seguro que lo habría hecho Longinus a los pies de la Cruz, de haberlo conocido.

¿Quieres ser más exacto conmemorando la hora de la muerte de Cristo? ¿O tener una segunda oportunidad en el día aparte de la hora simbólica de las 3 pm? Bien, tengamos en cuenta que la muerte de Jesús se produjo en Jerusalén a las 14:50 hora local (esta sería la hora nona aproximada de Jerusalén a finales de marzo, despreciando la pequeña variación que pueda haber entre la hora solar exacta de Jerusalén y la hora estándar del huso horario de Israel). Bien, pues Jerusalén está separada de España más de dos horas en grados de longitud, aunque debido a que nuestro país utiliza un huso horario una hora adelantada al tiempo geográfico que le corresponde, esa diferencia se reduce a una hora en invierno y dos horas en verano. Por tanto las 15:50h en invierno y las 16:50h con el horario de verano.

Bueno, el asunto de las horas no deja de ser una mera curiosidad. Lo realmente valioso es invocar la Misericordia de nuestro Salvador y recordar que, tal como le prometió Jesús a Santa Faustina, rezar la Coronilla a la cabecera de un moribundo puede significar su salvación. Rezarla en latín aún alejará más al demonio del asalto final a los moribundos.